Cicatrices de viruela

La viruela y la vacunación están íntimamente relacionadas. Edward Jenner desarrolló la primera vacuna para prevenir las infecciones de viruela, y este éxito condujo a la erradicación mundial de la viruela y al desarrollo de muchas más vacunas para salvar vidas.

¿Y si se pudiera exponer artificialmente a una persona a una forma más segura de la enfermedad antes de que se encontrara con una versión potencialmente letal de la enfermedad completa? Eso podría evitar que contrajeran la enfermedad completa si la encontraran en el futuro.  Esta es la base de la vacunación, que a su vez se basa en la práctica milenaria de la inoculación.

Una vacuna introduce en el cuerpo una versión debilitada o inactiva de la infección. El sistema inmunitario de la persona reacciona a la vacuna produciendo anticuerpos (moléculas en la sangre que atacan y destruyen la infección).

Las personas sanas inhalaban un polvo hecho con las costras de la viruela para protegerse de la enfermedad. Podían mostrar síntomas leves, pero normalmente eran resistentes a cualquier exposición posterior. Esta práctica se denominaba inoculación.

¿En qué país se creó la vacuna contra la viruela?

La vacuna contra la viruela es la primera vacuna desarrollada contra una enfermedad contagiosa. En 1796, el médico británico Edward Jenner demostró que una infección con el virus de la viruela de las vacas, relativamente suave, confería inmunidad contra el virus mortal de la viruela.

¿Cómo creó Edward Jenner la vacuna contra la viruela?

Jenner tomó material de una llaga de viruela de vaca en la mano de la lechera Sarah Nelmes y lo inoculó en el brazo de James Phipps, el hijo de 9 años del jardinero de Jenner. Meses después, Jenner expuso a Phipps varias veces al virus de la viruela, pero Phipps nunca desarrolló la viruela.

¿Quién fue la primera persona que se vacunó contra la viruela?

Dos meses más tarde, en julio de 1796, Jenner tomó materia de una llaga de viruela humana y la inoculó a Phipps para probar su resistencia. Phipps se mantuvo en perfecto estado de salud, siendo la primera persona vacunada contra la viruela.

Vacuna contra la viruela del mono

Edward Jenner, que descubrió que era posible vacunar contra la viruela utilizando material de la viruela de las vacas, es con razón el hombre que inició la ciencia de la inmunología. Sin embargo, con el paso del tiempo muchos de los detalles que rodean su asombroso descubrimiento se han perdido u olvidado. Además, el entorno en el que Jenner trabajaba como médico en el campo y el estado de la medicina y la sociedad son difíciles de apreciar hoy en día. Es importante recordar que en aquella época todavía se sangraba a la gente para aliviar la presencia de malos humores. Por ello, esta reseña detalla el descubrimiento de Jenner e intenta situarlo en su contexto histórico. Además, la vacuna que utilizó Jenner, que disminuyó la prevalencia de la viruela en todo el mundo en su época, y que más tarde se utilizó para erradicar la viruela por completo, se analiza a la luz de datos recientes.

En algún momento de mi formación inmunológica me enteré de que Edward Jenner, un simple médico rural de Gloucestershire, descubrió que era posible protegerse contra la temible enfermedad de la viruela inyectando material tomado de una viruela similar de las vacas. Entonces, según cuenta la historia, poco después de su publicación (Jenner, 1798), la Reina hizo vacunar a sus hijos, lo que llevó a una inmediata aceptación de la práctica, y el Parlamento votó para reconocer a Jenner concediéndole una pensión vitalicia. Luego, para colmo, el rey Jorge III nombró caballero a Jenner, y éste vivió feliz para siempre.

Primera vacuna

En 1770 se trasladó al Hospital St. George de Londres, para completar su formación médica con el gran cirujano y experimentalista John Hunter. Hunter reconoció rápidamente las habilidades de Edward para la disección y la investigación, así como su conocimiento de la anatomía vegetal y animal. Los dos hombres seguirían siendo amigos y corresponsales de por vida.

La viruela de las vacas es una infección vírica leve de las vacas. Causa algunos puntos de llanto (manchas) en las ubres, pero pocas molestias. En ocasiones, las lecheras se contagiaban de la viruela de las vacas. Aunque se sentían algo descoloridas durante unos días y les salían unas pequeñas manchas, normalmente en la mano, la enfermedad no les molestaba.

Rápidamente, la gente empezó a temer las posibles consecuencias de recibir material procedente de las vacas y se opuso a la vacunación por motivos religiosos, diciendo que no querían ser tratados con sustancias procedentes de las criaturas más bajas de Dios. La variolación fue prohibida por una ley del Parlamento en 1840 y la vacunación con viruela de vaca se hizo obligatoria en 1853. Esto, a su vez, dio lugar a marchas de protesta y a una vehemente oposición por parte de quienes exigían libertad de elección.

Último caso de viruela

Edward Jenner nació en Berkeley, Gloucestershire, el 17 de mayo de 1749, hijo del vicario local. A los 14 años fue aprendiz de un cirujano local y luego se formó en Londres. En 1772 regresó a Berkeley y pasó la mayor parte del resto de su carrera como médico en su ciudad natal.

En 1796, llevó a cabo su ahora famoso experimento con James Phipps, de ocho años de edad. Jenner introdujo pus extraído de una pústula de viruela de vaca y lo introdujo en una incisión del brazo del niño. Estaba probando su teoría, extraída del folclore del campo, de que las lecheras que sufrían la enfermedad leve de la viruela de las vacas nunca contraían la viruela, una de las mayores asesinas de la época, especialmente entre los niños. Posteriormente, Jenner demostró que Phipps, tras ser inoculado con la viruela de las vacas, era inmune a la viruela. En 1797 presentó un documento a la Royal Society en el que describía su experimento, pero le dijeron que sus ideas eran demasiado revolucionarias y que necesitaba más pruebas. Impertérrito, Jenner experimentó con otros niños, incluido su propio hijo de 11 meses. En 1798, los resultados se publicaron finalmente y Jenner acuñó la palabra «vacuna» del latín «vacca».