Descubrimiento del fuego

La creación del fuego controlado y los beneficios de la comida cocinadaLa creación del fuego controlado fue un paso importante en la evolución de los humanos. El fuego ayudó a dar forma a los primeros comportamientos sociales de los seres humanos, ya que cocinar los alimentos requería que la gente compartiera el espacio y socializara. El fuego no sólo fomentó el crecimiento de la conexión social, sino que permitió que los alimentos cocinados contribuyeran a la evolución de los humanos. Esta teoría se denomina teoría de la cocción, pero es importante señalar que no todos los expertos están de acuerdo con esta teoría. La idea que subyace a la teoría de la cocción es que la cocción de los alimentos contribuyó a la evolución de los humanos al permitir el aumento del cerebro. La teoría sugiere que una vez que el Homo erectus empezó a comer alimentos cocinados, éstos fueron más fáciles de digerir para su cuerpo y proporcionaron la nutrición necesaria para que sus cerebros desarrollaran más capacidades cognitivas a lo largo de las generaciones. Reunirse en torno al fuego también permitió a estos primeros humanos desarrollar un sentido de la cultura y la sociedad. El espacio y las comidas compartidas probablemente ayudaron a los humanos a desarrollar su propio lenguaje como medio de comunicación entre ellos. Estos cambios de comportamiento, junto con un cambio en la forma de digerir los alimentos, condujeron finalmente a la evolución de los humanos modernos.

Línea de tiempo de la evolución humana

El descubrimiento del fuego o, más exactamente, su uso controlado, fue una de las primeras grandes innovaciones de la humanidad. El fuego nos permite producir luz y calor, cocinar plantas y animales, limpiar los bosques para plantar, tratar térmicamente la piedra para fabricar herramientas de piedra, mantener alejados a los animales depredadores y quemar la arcilla para fabricar objetos de cerámica. También tiene fines sociales. Las hogueras sirven como lugares de reunión, como balizas para los que están lejos del campamento y como espacios para actividades especiales.

Es probable que el control humano del fuego requiriera la capacidad cognitiva de conceptualizar la idea del fuego, que se ha reconocido en los chimpancés; se sabe que los grandes simios prefieren sus alimentos cocinados. El hecho de que la experimentación con el fuego se produjera en los primeros tiempos de la humanidad no debería sorprender.

El arqueólogo J.A.J. Gowlett ofrece este esquema general para el desarrollo del uso del fuego: uso oportunista del fuego a partir de sucesos naturales (rayos, impactos de meteoritos, etc.); conservación limitada de los fuegos encendidos por sucesos naturales; uso de estiércol de animales u otras sustancias de combustión lenta para mantener el fuego en estaciones húmedas o frías; y, finalmente, fuego encendido.

Sobre las primeras pruebas del uso habitual del fuego en Europa

La respuesta depende de lo que se entienda por extintor. El primer ejemplo de algo reconocible como dispositivo portátil de extinción de incendios se encuentra hace casi 200 años. George Manby hizo este avance en Inglaterra en 1813 con lo que llamó un «Extincteur». Consistía en un recipiente de cobre que tenía en su interior tres galones de solución de carbonato de potasio y aire comprimido. Este fue el primer ejemplo del principio básico en el que se basan todos los extintores de hoy en día, en el que un gas a presión impulsa un supresor de incendios fuera de un recipiente.

Sin embargo, hay que reconocer el mérito del químico Ambrose Godfrey, que ideó el primer dispositivo automático de extinción de incendios noventa años antes del extintor portátil de Manby. El extintor de Abrose Godfrey no estaba diseñado para ser portátil, sino para dejarlo en una habitación para protegerla en caso de que se iniciara un incendio. Podría considerarse un precursor de los actuales sistemas de rociadores. El dispositivo de Godfrey tenía una serie de fusibles que se encendían si se iniciaba un incendio en la zona. Estos detonaban una pequeña carga explosiva dentro de un recipiente lleno de líquido, que se esparcía por la habitación, extinguiendo las llamas.

Encendido de fuego prehistórico

El control del fuego por parte de los primeros humanos fue una tecnología fundamental que permitió la evolución de los seres humanos. El fuego proporcionaba una fuente de calor e iluminación, protección contra los depredadores (especialmente por la noche), una forma de crear herramientas de caza más avanzadas y un método para cocinar los alimentos. Estos avances culturales permitieron la dispersión geográfica de los humanos, las innovaciones culturales y los cambios en la dieta y el comportamiento. Además, la creación del fuego permitió que la actividad humana continuara en las horas más oscuras y frías de la noche.

Las primeras pruebas definitivas del control del fuego por parte de un miembro del Homo oscilan entre 1,7 y 2,0 millones de años (Mya)[1] Las pruebas de los «rastros microscópicos de ceniza de madera» como uso controlado del fuego por parte del Homo erectus, a partir de hace aproximadamente 1 millón de años, cuentan con un amplio apoyo académico[2][3] Algunos de los primeros rastros conocidos de fuego controlado se encontraron en el puente de las Hijas de Jacob, en Israel, y fueron datados hace 790.000 años[4].

En Marruecos se encontraron hojas de sílex quemadas en incendios hace aproximadamente 300.000 años cerca de fósiles de Homo sapiens tempranos pero no totalmente modernos[5] El fuego fue utilizado de forma regular y sistemática por los primeros humanos modernos para tratar térmicamente la piedra de silcreta con el fin de aumentar su capacidad de laminación para la fabricación de herramientas hace aproximadamente 164.000 años en el yacimiento sudafricano de Pinnacle Point[6] Las pruebas del control generalizado del fuego por parte de los humanos anatómicamente modernos datan de hace aproximadamente 125.000 años[7].