Industria nuclear
Antes de considerar el papel de la energía nuclear en el futuro mix eléctrico, es importante conocer los orígenes de la industria. Desde el descubrimiento casual de los «rayos de uranio» a principios del siglo XX hasta el funcionamiento de un parque mundial de 450 reactores, el camino es corto pero muy rico.
La historia de la energía nuclear comenzó por casualidad en marzo de 1896. Desde hacía algún tiempo, Henri Becquerel, por sugerencia de Henri Poincaré, estudiaba la fluorescencia de ciertos cuerpos. Colocó una placa fotográfica envuelta en papel negro junto a una sal de sulfato de uranio que debía ser fluorescente, es decir, emitir rayos X cuando se exponía a la luz solar. En resumen, el sulfato de uranio expuesto al sol se carga de energía luminosa y es capaz de devolverla en forma de ondas electromagnéticas en el rango de los rayos X. Ese día, el 1 de marzo de 1896, Becquerel descubrió que el ennegrecimiento de la placa fotográfica se producía incluso cuando la sal no estaba expuesta a la luz solar. Por lo tanto, no es fluorescente. El uranio y sus compuestos emiten por sí mismos rayos específicos. De momento los llamaremos «rayos de uranio» (Leer: Nucléaire : rayonnements, radioactivité et radioprotection).
¿Quién descubrió la energía nuclear por primera vez?
Enrico Fermi, físico italiano, dirigió el equipo de científicos que creó la primera reacción nuclear en cadena autosostenida.
¿Quién es el padre de la energía nuclear?
Por Enrico Fermi. Vol. 2: Estados Unidos 1939-1954.
Primera central nuclear
La radiación ionizante fue descubierta por Wilhelm Rontgen en 1895, al hacer pasar una corriente eléctrica a través de un tubo de vidrio evacuado y producir rayos X continuos. En 1896, Henri Becquerel descubrió que la pechblenda (un mineral que contiene radio y uranio) oscurecía una placa fotográfica. A continuación, demostró que esto se debía a la emisión de radiación beta (electrones) y partículas alfa (núcleos de helio). Villard descubrió un tercer tipo de radiación procedente de la pechblenda: los rayos gamma, que eran muy parecidos a los rayos X. Posteriormente, en 1896, Pierre y Marie Curie dieron el nombre de «radiactividad» a este fenómeno, y en 1898 aislaron el polonio y el radio de la pechblenda. El radio se utilizó posteriormente en tratamientos médicos. En 1898 Samuel Prescott demostró que la radiación destruía las bacterias de los alimentos.
En 1902 Ernest Rutherford demostró que la radiactividad, como evento espontáneo que emite una partícula alfa o beta del núcleo, creaba un elemento diferente. A continuación, desarrolló un conocimiento más completo de los átomos y, en 1919, disparó partículas alfa de una fuente de radio al nitrógeno y descubrió que se producía un reordenamiento nuclear, con la formación de oxígeno. Niels Bohr fue otro de los científicos que avanzó en el conocimiento del átomo y de la disposición de los electrones alrededor de su núcleo hasta la década de 1940.
Ventajas e inconvenientes de la energía nuclear
La energía nuclear es la energía procedente del núcleo de un átomo. En las estrellas, como el sol, los pares de átomos ligeros (sobre todo de hidrógeno) se fusionan y liberan la radiación recibida en la tierra como energía solar. Esta fusión nuclear, la unión de los núcleos de los átomos, es una forma de energía nuclear. Otra forma es la división (fisión) de átomos pesados, como el uranio. Cada átomo de uranio natural tiene una probabilidad muy pequeña de sufrir una fisión espontánea en un momento dado. Cuando esto ocurre, se forman un par de átomos más ligeros (conocidos como productos de fisión) y se liberan 2 ó 3 neutrones (partículas subatómicas del núcleo original). Las reacciones nucleares son fundamentalmente diferentes de otras reacciones energéticas comunes. Cuando se quema un combustible convencional o cuando el agua pasa por un generador hidroeléctrico, los átomos en sí no se ven afectados, aunque en el caso de los combustibles se recombinan químicamente. Por lo tanto, la cantidad de materia sigue siendo la misma. En las reacciones nucleares, los propios átomos se alteran y una pequeña cantidad de materia se convierte en energía.
Centrales nucleares de todo el mundo
Cuando, en 1857, Abel Niépce de Saint-Victor descubrió por casualidad que las sales de uranio emitían «una radiación invisible a nuestros ojos» capaz de exponer las emulsiones fotográficas, poco podía prever que esta curiosidad por ciertos elementos químicos acabaría dando lugar al mayor método de destrucción jamás creado, pero también a una poderosa fuente de energía. La energía nuclear alcanzó la mayoría de edad durante el siglo XX, rodeada de una acalorada controversia y una oposición alimentada por un historial de incidentes y accidentes, algunos de ellos con consecuencias devastadoras. Hoy, sin embargo, el debate ha adquirido un nuevo enfoque ante la necesidad de romper nuestra dependencia de los combustibles fósiles, causantes del cambio climático. Aquí repasamos la turbulenta historia de la energía nuclear.